lunes, 26 de noviembre de 2012

Método Doman.

MÉTODO DOMAN

El Dr. Glenn Doman, médico estadounidense, comenzó a dedicarse al tratamiento de los niños con lesiones cerebrales con el neurólogo Temple Fay. Utilizaba sus métodos, basadas en movimientos progresivos, muy eficaces tanto en áreas motrices como en áreas más intelectuales. Se centraban en el trabajo con los reflejos, fundamentalmente con niños con parálisis cerebral.
Al observar los progresos que se conseguían en estos niños, Doman decide trasladar sus conocimientos al resto de los niños, de manera que se potenciara su capacidad de aprendizaje. Elabora su teoría acerca del desarrollo cerebral, un Perfil del Desarrollo Neurológico y sistematiza una labor educativa, estructurada mediante programas secuenciados, con métodos precisos y eficaces.
Funda a finales de los años 50 los Institutos para el Desarrollo del Potencial Humano en Filadelfia (EEUU), iniciando lo que Doman y sus discípulos han llamado, una “Revolución Pacífica”.
¿Cuál es su Perfil del Desarrollo Neurológico?
La gente que trabajaba en el Instituto para el Desarrollo del Potencial Humano deseaba disponer de un instrumento para medir objetivamente los progresos de los niños con lesión cerebral con los que trabajaban. Tras estudiar el proceso de desarrollo neurológico de niños de diversas sociedades, elaboran una escala del desarrollo neurológico.
Esta escala permite “medir” el grado de desarrollo del niño, para fijar los objetivos. Parten de la premisa de que las diferencias entre unos niños y otros se deben fundamentalmente al ambiente, ya que al nacer todos los niños tienen el mismo potencial.
El Perfil del Desarrollo Neurológico mide, por un lado, el desarrollo de los estratos cerebrales, es decir, señala las funciones propias de la médula espinal, el tronco cerebral, el cerebro medio y la corteza cerebral. De este modo, es posible trabajar de forma sistemática y ordenada y conocer los objetivos del niño en cada una de las áreas evolutivas a partir del nivel alcanzado.
Además, diferencia las áreas y funciones sensoriales de las de carácter motor, ya que las primeras son vías aferentes (recorridas por el estímulo para llevar información al cerebro) y las segundas son eferentes, es decir, salen del cerebro para dar la orden de movimiento al cuerpo.
Según este perfil, las áreas motoras son la movilidad, el lenguaje y la destreza manual. La movilidad es la clave o el motor del desarrollo de la inteligencia en todas sus expresiones, e incide determinantemente en las demás áreas, al igual que ocurrió en la evolución de las especies hacia estructuras y funciones cerebrales más y más complejas y perfeccionadas.
Según esta teoría, el grado de perfección que se logre depende en gran medida de que esas funciones básicas se consigan cuanto antes, cuando mayor es la plasticidad cerebral.
Las teorías sobre las que se fundamenta su método de enseñanza son:
 
- Todas las patologías, incluso el síndrome de Down o el Autismo, conllevan una lesión cerebral, como ocurre en la parálisis cerebral.
- Los niños con lesiones cerebrales no se deben clasificar por su gravedad, sino por su potencial de desarrollo.
- El aprendizaje y la maduración de los niños vienen como consecuencia de la experimentación espontánea de una serie de esquemas. Su repetición hace que al final se consoliden estos patrones de movimiento y actuación. Los niños que no experimentan esto de un modo espontáneo deberán ser guiados y expuestos a los mismos estímulos para que se desarrollen adecuadamente.

Su metodología de intervención se basa en aprovechar al máximo las posibilidades del individuo, siendo fundamental el momento temprano en que se comienza, ya que más adelante no se conseguirán muchas metas.
Los padres se convierten en “padres profesionales”, ya que son ellos quienes deben aplicar, con la tutorización del profesional, el método a su hijo. Este método exige la repetición de las diversas actividades durante varias veces al día, lo que se traduce en horas de intervención diarias. Además, es muy estricto en cuanto al cumplimiento de estas rutinas. Por ello el padre o madre que decide aplicar el método, debe comprometerse seriamente con él.
En el aspecto motor, utiliza los que él llama los patrones básicos de movimiento:
 
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Patrón homolateral
 
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Patrón cruzado
 
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Técnicas de relajación de extremidades
 
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Ejercicios de arrastre y de gateo
 
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Ejercicios de braquiación y de marcha

Además del área motora, tiene sus propios métodos de enseñanza de la lectura (global), del cálculo, y de otras áreas. Así, casi todos sus aprendizajes se desarrollan por el método de los bits de inteligencia (como en los ordenadores o computadores, el bit de inteligencia es la máxima cantidad de información que puede ser procesada a la vez en un segundo). Las palabras, los números, las láminas de animales... son enseñadas a los niños en grupos de 10, varias veces al día (3 o 4 veces) y cada lámina se le muestra durante un segundo. El niño al final acaba reconociendo la lámina, ya sea un dibujo, una palabra, un cuadro o un conjunto de puntos.
Si bien los resultados que presentan pueden ser espectaculares, tanto en niños con síndrome de Down como en niños sin alteraciones (niños de meses que reconocen palabras o reconocen el número de puntos de una lámina), su metodología puede no ser del todo funcional, por lo que en niños con síndrome de Down se corre el riesgo de que no desarrollen un aprendizaje significativo, más aún con las dificultades de abstracción y generalización que tienen.
Aunque algunos de sus postulados arriba indicados son aceptados por toda la comunidad científica, hay aspectos importantes que son fuertemente cuestionados como son: la excesiva simplificación y generalización de sus propuestas científicas, su intento por abarcar toda la compleja patología del desarrollo dentro de unas rígidas coordenadas, y el excesivo rigor de su metodología que obliga esfuerzos no justificados.
Así, el método Doman fue rechazado por la Academia Americana de Pediatría en 1968, 1982 y 1999, fundamentalmente por 3 razones:
1.- Su teoría sobre el sistema nervioso parece muy simple y no estar sustentada en estudios científicos.
2.- No se han publicado estudios serios sobre los resultados y los méritos alcanzados, sino que sus garantías únicamente se basan en los testimonios de padres.
3.- Se requiere una dedicación enorme de los padres, tanto en términos de tiempo como de dinero.
Además, la Academia Americana de Pediatría comenta que tras diversos estudios comparativos, no se han observado diferencias significativas en los avances conseguidos por los niños que seguían este u otro método de estimulación.
Por otro lado, la Down Syndrome Association, del Reino Unido, advirtió en 1997 que el método Doman se desarrolló para niños con daño cerebral y no para niños con alteraciones cromosómicas, que no existen pruebas de su eficacia y que los niños con síndrome de Down aprenden a leer, a escribir, a andar y a hablar mediante otro tipo de programas, que no requieren tanto esfuerzo y dedicación ni por su parte ni por la de sus padres. Además, esta Asociación está preocupada por el tiempo diario que requiere el tratamiento, así como por las consecuencias que puede tener en la vida familiar.


Método Kumon

El Método Kumon  

En qué consiste

Este sistema fue ideado por Toru Kumon un profesor de matemáticas japonés con el objetivo de ayudar a su hijo, que tenía problemas con la asignatura. Posteriormente, Kumon comprendió que una buena formación en la comprensión lectora era imprescindible para desarrollar la capacidad de estudio. De esta forma, el método Kumon incide en estos dos aspectos clave del aprendizaje: las matemáticas y la lectura, y su objetivo es que el alumno adquiera habilidades suficientes en estos ámbitos para conseguir rendir al máximo en sus estudios. Se trata de proporcionar al alumno los medios para que sea capaz de aprender por sí mismo, adquiriendo hábitos de estudio que le permitan trabajar de forma independiente, sin la supervisión constante de padres o maestros, y concentrándose en las tareas.
El método Kumon está dividido en diferentes niveles, que abarcan desde educación infantil hasta bachillerato; al estudiante se le realiza un test al inicio para comprobar en qué nivel debe comenzar, y está estructurado de forma que hasta que no domina los conocimientos de un nivel no puede pasar al siguiente. Existen centros Kumon en todo el mundo, y muchos colegios lo han incorporado también como actividad extraescolar, ya que es suficiente con practicarlo dos veces por semana, durante aproximadamente media hora, dedicándole tan sólo unos minutos el resto de los días.
El papel de los padres es controlar que sus hijos realicen las tareas todos los días, y corregir los ejercicios (con una plantilla que les facilitarán en el centro) para que los niños aprendan de sus propios errores, y, por supuesto, felicitarles por su esfuerzo y sus logros, motivándoles para que continúen.

Programas

Las matemáticas y la lectura son dos materias instrumentales esenciales durante la etapa escolar y más adelante. Las capacidades y la actitud ante el aprendizaje que se adquieren con nuestros programas aportan al alumno una gran ayuda a la hora de afrontar cualquier actividad el día de mañana.

El profesor de Kumon aplica nuestro método atendiendo al ritmo de aprendizaje de cada alumno, elabora una planificación individualizada en función del ritmo de progreso que estima que tendrá el alumno y la comparte con la familia regularmente.

Desde que se originaron ambos programas, se han ido introduciendo cambios en el material didáctico periódicamente con el objetivo de mejorarlo, y esto ha sido posible gracias a la experiencia acumulada con los cientos de miles de alumnos que han aprendido con Kumon en los cinco continentes.

Principios metodológicos 

Punto de partida fácil
Antes de comenzar, el profesor realiza una valoración inicial del alumno para determinar los contenidos que domina y con los que se encuentra totalmente cómodo, con la cual es posible asignarle un punto de partida dentro de los contenidos recogidos en el temario de nuestros programas. Este punto es independiente de su edad o curso escolar y constituye una parte del material didáctico que le resulta fácil al alumno. De este modo, garantizamos que va a dominar los contenidos desde el inicio y que su actitud ante la tarea va a ser siempre positiva.

Individualización del aprendizaje
Una vez elegido el punto de partida adecuado, el alumno progresa a su propio ritmo a lo largo de los programas y avanza hacia ejercicios de una complejidad mayor una vez que ha dominado el contenido de los que está realizando. De esta forma, se enfrenta a los ejercicios nuevos desde una posición de seguridad.

Algunos factores, como el tiempo que tarda el alumno en realizar la tarea diaria, el tipo de errores que comete o cómo afronta la resolución de estos fallos, ayudan al profesor a decidir el material que mejor se ajusta a sus necesidades. En consecuencia, la observación del trabajo diario del alumno es de suma importancia para la toma de decisiones del profesor y la comunicación con el alumno es esencial para lograr que se sienta partícipe de su propio proceso de aprendizaje.

Un poco todos los días
El alumno trabaja todos los días del año. Asiste a clase dos veces por semana y el resto de los días realiza la tarea en casa. Al principio emplea poco tiempo en el estudio de Kumon y progresivamente lo aumenta hasta dedicar, de una manera muy intensa, en torno a 30 minutos por cada programa. El profesor se encarga de establecer la cantidad de trabajo idónea para el alumno atendiendo a factores tales como su capacidad de concentración y su motivación.

Sin explicaciones
El material didáctico de Kumon está diseñado para que el alumno aprenda por sí mismo. Los nuevos contenidos se apoyan en los conocimientos y las habilidades que ha ido adquiriendo con anterioridad. Cada tema de estudio se introduce de manera secuenciada, con ejemplos y pistas sobre cómo resolver los ejercicios que despiertan su curiosidad.

Los profesores de Kumon no proporcionan explicaciones directas sobre los contenidos ni imparten sesiones magistrales. Durante las clases, representan una figura de apoyo para favorecer el proceso de aprendizaje. Siempre que sea posible, el propio alumno debe ir extrayendo sus propias conclusiones y estrategias de resolución.

Aprender de los errores
Cuando el alumno comete algún error, se marca el ejercicio equivocado para que él mismo analice las causas y lo corrija. Esta actividad se repite diariamente de forma que siempre puede corregir sus fallos y terminar la tarea con todos los ejercicios correctamente resueltos.

El alumno gana confianza de esta forma, pues siempre alcanza la mejor puntuación posible: la nota 100. En consecuencia, pierde el miedo a equivocarse y concibe los errores como una herramienta de mejora.

Los mejores resultados: a largo plazo
El alumno alcanza los objetivos de nuestros programas siempre y cuando exista continuidad en el estudio diario a lo largo del tiempo. Para que se desarrollen los hábitos, las capacidades y una buena actitud ante el estudio, se han de dar las condiciones necesarias: la dedicación del alumno y la implicación de la familia en el proceso de aprendizaje durante varios años.

La implicación de las familias en la educación de los hijos
Kumon permite que los padres participen directa y diariamente en el proceso de aprendizaje de sus hijos y esto es esencial para conseguir que el alumno tenga una actitud positiva ante el estudio. Fomentamos la implicación de las familias estableciendo los puntos en los que consideramos esencial su participación. La comunicación entre los padres, el profesor y el alumno es fundamental para que este último desarrolle al máximo su potencial de aprendizaje.